Ella era una adolescente como cualquiera. Tímida para los desconocidos, extrovertida para los amigos.
Era alegre, le gustaba la música, le gustaba bailar frente al espejo.
Jugaba a ser modelo. Se probaba la ropa de sus amigas, que siempre le parecía más linda y más sexi.
Ella se vestía más formal. Escondía sus curvas porque una vez un hombre, que la miró de manera lasciva mientras caminaba por la calle, le dijo "Qué pechos, mamita!". Ella tenía 14 años.
Esa fue la primera vez que tomó conciencia de que ya no era una niña y le dio mucha verguenza.
Al principio le costaba relacionarse con los varones. Cada vez que alguno le hablaba, todo el mundo se daba cuenta que Ella se ruborizaba. O al menos Ella pensaba eso!
Tenía su grupo de amigos, chicas y chicos de edades parecidas y de entornos parecidos.
Había un chico con el que Ella se sentía muy cómoda. Eran amigos desde la infancia. Quizás por eso Ella estaba tan a gusto, como si fueran hermanos. A el le gustaba contarle sus aventuras escolares, y a Ella le gustaba escucharlo.
Un mes de julio, que Ella recuerda, extrañamente, como el mas frío de su vida, se fueron todos de campamento a algún campo cercano a Sierra de la Ventana.
Ella no era conciente de que estaban todo el tiempo juntos los dos. Iban a caminar en grupo, y caminaban uno al lado del otro. Hacían un fogón a la noche, y se sentaban uno al lado del otro. Cenaban cordero asado y, oh casualidad, estaban uno al lado del otro. Alguien contaba un chiste, y mientras se reían, se buscaban con la mirada.
Una tarde de mucho sol y de un frío intenso, salieron a caminar por el campo los dos solos.
El, que en esa época estaba en su primer año de la carrera de biología, le quería mostrar unas capas de tierra que había descubierto!
Mientras caminaban juntos y conversaban, se iban internando como en un pequeño bosquecito.
Los árboles eran muy altos, pero no muy tupidos. Dejaban pasar la luz del sol. Las hojas del suelo crujían mientras ellos pasaban.
Una liebre se quedó mirándolos, y ellos no respiraban siquiera para no asustarla, mientras sonreían.
Estaban parados muy juntos y Ella oyó el silencio.
Algo raro estaba pasando, algo que Ella nunca había vivido antes.
Ella sintió que se ruborizaba, y no entendía bien por qué. Le costaba respirar.
Se miraron a los ojos unos segundos que parecieron eternos, y Ella descubrió que nunca había visto unos ojos azules tan profundos.
Fue la primera vez que sintió maripositas en la panza!
Estaban parados muy juntos y Ella oyó el silencio.
Algo raro estaba pasando, algo que Ella nunca había vivido antes.
Ella sintió que se ruborizaba, y no entendía bien por qué. Le costaba respirar.
Se miraron a los ojos unos segundos que parecieron eternos, y Ella descubrió que nunca había visto unos ojos azules tan profundos.
Fue la primera vez que sintió maripositas en la panza!
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Bien , Stella ! Hermoso. Me gusta iniciar una larga fila de comentarios felicitàndote. Bellìsimo.
ResponderEliminarmuy lindo relato, autobiográfico o ficción stella?
ResponderEliminarAy, lo subí anoche, y hoy a la mañana me levanté con la firme conviccion de que lo iba a borrar porque pensé que me había salido feo.
ResponderEliminarNo contaba con los lectores madrugadores! jajaaj
Hugo, es un poco de ambas cosas, quizas mas lo primero, que lo segundo.!
Adi, Hugo, muchas gracias!!
Besitoo
Hermoso Stella!
ResponderEliminarYo con mi mente retorcida pensé que se venía algo morboso y ya no me animaba a seguir leyendo!!jaja
Beso
Stella, buenisimo el post, aguante el amor!!!!
ResponderEliminarMuy cinematográfico, pude ver las imágenes perfectamente. Muy lindo el relato.
ResponderEliminarPasó algo después con el muchach Stella?,
Ufa, y cuando los matan?
ResponderEliminarLa liebre debería representar algo al mejor estilo Cortazar...
ResponderEliminarMuy lindo relato, bien llevado!
Llegué al blog por otro blog, como de costumbre. Seguiré leyendo. Saludos!
Que lindos esos amores de infancia!! Me gustó mucho tu descripción del bosque. Sentí que estaba ahí! (Ando melancólica ultimamente, perdón)
ResponderEliminarTe olvidaste de poner Continuará.
ResponderEliminarO terminó ahí?
Ah, para después de las 22 hs.
Ok.
Tota, sos una genio escribiendo. Yo te dije. No, si soy una luz descubriendo talentos.
Natuu, ajajaj noo, de morboso nada!! :)
ResponderEliminarFer, eso, aguante el amor, el amor como este, tan inocente!!
Pasquin, no tengo idea si pasó algo después. Habría que preguntarle a Ella! :P
Graciasss
Besitoo
Gusss, me hiciste reir!! Y a lo mejor...que se yo, mas adelante!! O no...!! :P
ResponderEliminarGabito, bienvenido!!
Ya me pedís demasiado, a mi, y a la liebre, que lo único que hizo fue pasar por ahi! ajjajaa
Pau, perdón deben pedir los chorros, no los melancólicos!! :)
Ade, sos como la gota que horada la piedra! Taaaanto insististe, que al final lo lograste! Escribí un intento de relato!! Bechio
Gracias a tooodos
besitoo
Muy bien Stella, cómo te pegó la primavera, qué romántica e inspirada se levantó hoy. Muy lindo de leer.
ResponderEliminarAh, y a mí m epasó algo parecido a Natu, jaja. Pensé que se venía algo zarpado, jeje :P
ResponderEliminarY le cago el 15 a Almendra, que le gusta, jajaja :P
ResponderEliminaruy, es un libro ese
ResponderEliminarle gusta la música, le gusta bailar
de una mina que escribe policiales medio raros
Tomás, no me levanté asi, me acosté asi, lo puse anoche! jaja
ResponderEliminarY zarpada yo? Noooo, nuuunca! Bué, casi nunca! Je!
Gracias!!
Horacio, si, debo reconocer que escribí un policial medio raro! juaaaa
¿Será la mariposa que anda dandu vueltas por lo de almendra?
ResponderEliminarMuy bien contado, stella, así que aplaudo a adenoz por haberte lanzado a las luces bloggeras.
Groso, la verdad, muy lindo relato. El primer amor, je...
ResponderEliminarY leí por ahí que medio autobiográfico... Mirá vos...
Te salió lindo, qué bueno que esos bloggers madrugadores lo salvaron...
Saludos :)
uy Este, mencantó, tiene razon el Ade, escribis muy bien.
ResponderEliminarMe hiciste acordar a cuando tenia 14 años y no queria salir a la calle porque me daba verguenza que los hombres me dijeran piropos.
Ahora si no me dicen, me deprimo, lo que son las vueltas de la vida.
Qué mal que me caían las groserías a los 14, cuando mi cuerpo eclosionó hacia adelante! Lo bien que me caen ahora, no te puedo explicar, me hacen caminar derechiiita, jaja.
ResponderEliminarte entiendo dalma...
ResponderEliminaruna cosa es cuando una mesera joven y linda me tutea y otra muy distinta es cuando me dice ¿que se va a servir señor?
Estrelliiitaaa, se me escapó la mariposa, suerte que la encontraste en lo de Almenn! jajaa
ResponderEliminarFelix, gracias! Hoy te voy a visitar sin falta! :)
Dalma, viste que verguenza pasaba una? Tengo hijas que andan por ahi, y me siento tan identificada!!
Por suerte a una se le pasa después! jaaja
Notann, esoo, bien derechita y con la frente bien alta! :P
Hugo, es bueno saber que a los hombres también les pasa!!
Gracias a tooodos
Besitoo
Que hermoso relato, Stellita!!!!! y esa sensacion de las maripositas en la panza..como se va perdiendo con el tiempo. Uno siempre extraña eso. Gracias por el regalo..Nos seguimos viendo aqui o alla..pero siempre!
ResponderEliminarUna prueba cuasi irrefutable de que la creatividad es hereditaria.
ResponderEliminarCon una madre así, no se puede esperar menos de sus hijos, no?
Besos!
Gracias a su relato pude recordar mi adolescencia, donde supe sentir esas mariposas...
ResponderEliminar¿Dónde andarán ahora?, pucha...
Saludos
Irene, las maripositas están, solo hay que dejarlas salir!!
ResponderEliminarBruno, graaaaciass, lo de mis hijos, es el mejor halago!! :)
Candorosa, lo mismo que le dije a Irene, le digo a ud, ahi estánn, dejalas salir nomás!!!
Gracias a todoss
Besitoo
Grandes momentos. De golpe está todo bien. Está muy bueno que lo hayas atesorado.
ResponderEliminarche, stella, si no te gustan los trolls, votá a mi blog, sometí a la decisión de los comentaristas de mi blog la eliminación o no de sus comentarios ofensivos, insultativos, agresivos, que no tiene otro ánimo que molestar, súmense.
ResponderEliminarGracias Kilitoo!! :)
ResponderEliminarAhi voy, Tomas!!
Ahhhhhhhhhhhhhh!!! (suspiro)
ResponderEliminarHermoso Stellita.
Te cuento que me llevé de souvenir la imagen que también es preciosa.
Besos!
Che, este Tomás no puede dejar de pensar en mí... qué va a decir el Brujo...
ResponderEliminarNada se compara a los aleteos de maripositas en la panza!
ResponderEliminarBesoooooooo
Hola, Stella! Es la primera vez que entro a tu blog y lo primero que leo. Me ha encantado el relato! entre otras cosas, porque me hizo recordar la primera vez que sentí el revoloteo de esas maripositas...
ResponderEliminarVolveré por aquí más veces. Un beso.
Almendriss, te mando por mail el original de la imágen!! ;)
ResponderEliminarCondesa, las maripositas on maravillosas!!!
Angie, bienvenida! Me alegro que te haya gustado!!! Nos seguimos leyendo!!
Graciass
besitoo