¡Se me lengua la traba!

.

En un lejano pueblo, de vaya uno a saber donde, había tres muchachos:
Janci, Jancidranci, Jancidrancijancidroni.
Oh, casualidad, por allí pasaron tres bellas señoritas:
Cipka, Cipkalipka, Cipkalipkalimpoponi.
Tan bellas eran , que los muchachos les propusieron matrimonio:
Janci a Cipka
Jancidranci a Cipkalipka
Jancidrancijancidroni a Cipkalipkalimpoponi.
Se casaron, fueron felices, comieron perdices y tuvieron un hijito cada uno:
Janci y Cipka, a Fú
Jancidranci y Cipkalipka, a Fuchifú
Jancidrancijancidroni y Cipkalipkalimpoponi, a Fuchifufuchifoni


Noooo, esperen, no se vayan! No huyan, cobardes!!! No enloquecí, no fumé nada, no estoy ebria, ni nada por el estilo. Todo tiene una explicación!!

Si todavía siguen acá, y no corrieron despavoridos, ni llamaron al 911, ni a la guardia del Moyano, les cuento que esto anterior, era un cuentito/trabalenguas, que me contaba mi madrina cuando yo era pequeñita, debía de tener cinco o seis años. En realidad el cuentito se contaba una sola vez, después había que repetir los nombres solamente.
Recuerdo que me causaba mucha gracia, me reía a carcajadas cuando trataba de repetirlo rápidamente, mientras hacíamos competencias, con la hija de mi madrina, para ver quién lo decía sin que se le enrede la lengua!

Y a ustedes, ¿qué los hacía reír mucho cuando eran pequeños?
.