
Tres de la tarde y estoy lista. A las 15.30 me esperan. Me subo a mi patito feo y parto rumbo a la cita. No voy de muy buen humor, no me gustan demasiado estos encuentros, pero a veces no queda otra que concretarlos.
Llego al lugar. Está muy limpio, los pisos brillan. Si lo miro con cariño, hasta parece luminoso. Pero ahí la gente no sonríe.
Me quiero ir. La gente pasa a mi lado. No los miro, ni me miran. Cada uno lleva en los ojos su propio dolor. Me siento en uno de los bancos, saco mi libro y me sumerjo en él. Parece que la mujer por fin se va a encontrar con su amado. Ambos están en el mismo barco, pero aún no lo saben.
Escucho mi nombre por el altavoz y por un segundo pienso en no responder.
Me quiero ir. Pero respiro profundo y ¡¡a lo que vine!!
Pasa como una hora hasta que puedo salir. Tengo una sensación de ahogo, me pesan los hombros....
Subo al auto y me doy cuenta de que estoy a diez cuadras del río!
Plín....!! (Cuando se prenden las bombitas de luz hacen plin, ¿no?) Ma' si, me voy al río!
El cielo tiene ese color celeste refulgente. Hay poca gente. Una pareja que se besa bajo el monumento a los dos milenos. Un par de amigas sentadas en el pasto toman mate, charlan y se ríen. Unos chicos que juegan a la pelota mientras las madres los miran. Otros chicos pasan en bicicleta. Pasa un flaco con una guitarra colgada al hombro.
Hay mucho aire, mucho aire fresco! El viento pega en mi cara y yo sonrío. Se ven sobre todo dos colores, el celeste del cielo, y el verde del pasto. Después de tantos días de lluvia, el río está alto y el pasto es muy verde. Hay colchones de tréboles. Me acuesto en uno, a ver si tengo suerte. Pero no se si es porque estoy chicata o qué, pero no encontré ni uno de cuatro hojas. ¡Qué ganas de sacarme los zapatos y caminar por ahí!
Me siento en un banco y miro el agua. Hay unas pequeñas olitas, muy pequeñas. Es una imagen hipnótica, no le puedo sacar los ojos de encima al agua. Conté un barco grandote bien lejos, cinco veleros y siete canoas. A lo mejor, la protagonista de mi libro viaja en alguno de esos barcos...
Suena la alarma de mi celular.... Ufa! Es hora de volver a la realidad.
Me subo al patito feo y me miro al espejo. Mis ojitos brillan, y estoy sonriendo!
Buen finde, gente!
.
.
Me quiero ir. La gente pasa a mi lado. No los miro, ni me miran. Cada uno lleva en los ojos su propio dolor. Me siento en uno de los bancos, saco mi libro y me sumerjo en él. Parece que la mujer por fin se va a encontrar con su amado. Ambos están en el mismo barco, pero aún no lo saben.
Escucho mi nombre por el altavoz y por un segundo pienso en no responder.
Me quiero ir. Pero respiro profundo y ¡¡a lo que vine!!
Pasa como una hora hasta que puedo salir. Tengo una sensación de ahogo, me pesan los hombros....
Subo al auto y me doy cuenta de que estoy a diez cuadras del río!
Plín....!! (Cuando se prenden las bombitas de luz hacen plin, ¿no?) Ma' si, me voy al río!
El cielo tiene ese color celeste refulgente. Hay poca gente. Una pareja que se besa bajo el monumento a los dos milenos. Un par de amigas sentadas en el pasto toman mate, charlan y se ríen. Unos chicos que juegan a la pelota mientras las madres los miran. Otros chicos pasan en bicicleta. Pasa un flaco con una guitarra colgada al hombro.
Hay mucho aire, mucho aire fresco! El viento pega en mi cara y yo sonrío. Se ven sobre todo dos colores, el celeste del cielo, y el verde del pasto. Después de tantos días de lluvia, el río está alto y el pasto es muy verde. Hay colchones de tréboles. Me acuesto en uno, a ver si tengo suerte. Pero no se si es porque estoy chicata o qué, pero no encontré ni uno de cuatro hojas. ¡Qué ganas de sacarme los zapatos y caminar por ahí!
Me siento en un banco y miro el agua. Hay unas pequeñas olitas, muy pequeñas. Es una imagen hipnótica, no le puedo sacar los ojos de encima al agua. Conté un barco grandote bien lejos, cinco veleros y siete canoas. A lo mejor, la protagonista de mi libro viaja en alguno de esos barcos...
Suena la alarma de mi celular.... Ufa! Es hora de volver a la realidad.
Me subo al patito feo y me miro al espejo. Mis ojitos brillan, y estoy sonriendo!
Buen finde, gente!
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Si te sirve de consuelo, nunca encontré un trébol de cuatro hojas!
ResponderEliminarEspero que en la cita indeseable haya salido todo bien, sea lo que sea...
Y cambiando de tema, la "realidad" debería ser la de al lado del río, no la otra!!
Besos!
Gracias al rìo que te mejorò el dìa y te hizo olvidar la sensaciòn anterior!
ResponderEliminarBuen finde Stellin!
Ahhh la saqué la palabrita de verificaciòn... ni sabìa que la tenìa! no te aparece màs, verdad?
ResponderEliminarBesos
Quizá no sea más que la vida y el modo en el que se transita por ella. Creo que nuestras elecciones determinan el cómo vivimos. Tus sensaciones me resultan cercanas, el río, que también lo tengo cerca, durante un día entre semana, me trae alivio y resignación a cualquier angustia.
ResponderEliminarBuen fin de semana!
Stelluchi, y eso q' sólo tenemos el río. Imaginate si tuviéramos al mar!! Ese aire golpeándonos, o cerca de las altas montañas...
ResponderEliminarEs un buen ejercicio, sacarse los zapatos y caminar sobre el césped.
Besos y buen finde....a Vos :-o
PD: Yo una vez encontré un trébol de 4 hojas.....lero...lero....:P
LOLA, si la realidad fuera siempre la del lado del río, no sabríamos apreciarla! Digo yo, como para conformarme! ajaja
ResponderEliminarMAI, no aparece mas, gracias, ahora si aparecerán los comentarios de una, que es tan despistada!
WINTER, la vida es asi, tiene los dos lados! Ambos forman parte del todo, y está en nosotros no permitir que el lado triste nos ciegue. Siempre se puede encontrar una sonrisa en algún rinconcito, solo hay que querer buscarla!
ARTUS, en Croacia las montañas están muy cerca del mar, especialmente en una hermosa playa que se llama Brela. Entre la playa y las montañas llenas de pinos y diversos árboles, hay 300 metros. Yo quiero morir ahi. No, mejor no, en realidad, quiero vivir ahi! Es uno de esos lugares en los cuales a uno le gustaría tener ojos en la nuca, para poder ver y disfrutar todo al mismo tiempo. Y es absolutamente relajante!
Uhh, ¿encontraste un trébol de 4 hojas? ¡¡que suertudo!! ajaja
Gracias por apsar, gente
Buen finde
Besoos
Una buena decisión la de ir al río si le mejoró el ánimo. Algunos no somos tan ocurrentes... yo a lo sumo me meto en la bañadera, pero no mejoro mucho.
ResponderEliminarUn saludo y buen fin de semana.
YONI, métase en la bañadera, prenda el ventilador y cierre los ojos. Con un poco de imaginación, el efecto puede ser el mismo! :)
ResponderEliminarDeje, no quiero decir nada... a ver si cuento que seguidito voy a mirar el mar y me relajo como locaaaa ¡¡juro que no tengo la culpa de tenerlo acá nomás!!...
ResponderEliminarBesotes y candores!!
QUe va'cer, m'ija.
ResponderEliminarSi hay que hacerlo, se hace.
Es un ratito. Y después uno puede recompensarse con el tema del río.
O ir a tomar un helado, por qué no?
besos!
Antes vivía cerca del río. Ahora que no, lo extraño.
ResponderEliminarTréboles de cuatro hojas: llevate una lupa!
el río me deprime, me gusta más mirar el mar
ResponderEliminarme alegro que a vos no te pase lo mismo y te haya cambiado el humor
Sos de Croacia? porr algo que dice en los comentarios...
buen finde
Yo también me quiero perder en algún lugar como ese, así sean 10 minutos ...
ResponderEliminarSaludos y buen finde pa' vos también.
CANDO, ahh, que placer es vivir cerca del mar! Me alegro que pueda disfrutarlo! :)
ResponderEliminarMONA, ajá, si hay que hacerlo, se hace, y cuanto antes, mejor! Le cambio el helado por un chocolate! ajaja
ESTRE, siii, la próxima llevo la lupa! :)
VIR, creo que la suma de tanta agua, con el cielo celeste, el aire y el silencio es lo que me reconforta!
Soy argentina, pero mis padres eran croatas. Tuve la oportunidad de viajar y conocer, por eso mi comentario! ¿Vos conocés?
KKARLOS, subite al bondi y venite! ajaja
Gracias por pasar
Besoootes
Que bueno cuando algo nos puede rescatar en un instante y ponernos en mejor sintonía con la vida!
ResponderEliminarPor suerte esas cosas pasan!
un beso y buen finde!
¿Te escapaste de una consulta médica? Si es eso...¿a quién no le dieron ganas alguna vez?
ResponderEliminarQué lindo tener el río cerca.....yo también me hubiera ido...
Hace falta un lugar así, donde tirarse y dejar de lado todos los problemas, al menos por un momento.
ResponderEliminarHoy te entiendo perfectamente, tengo un día triste y quisiera desaparecer, pero hay que seguir.
Te mando un beso.
el agua purifica ...
ResponderEliminarlo de CANDO ya da envidia.
que lindo!
Si confiesas con tu boca que Jesucristo es tu Señor y crees en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salv@.
ResponderEliminarRomanos 10.
Bendito sea el río si te levantó el ánimo ,a veces una canción ,un recuerdo ,una charla con una amiga sirven también..Y cantar ,cantar en grupo te recontra levanta ,es como darse una inyección de optimismo..Besos
ResponderEliminarJaaajaja! Me mató el título del post! :P
ResponderEliminarLOs estados de ánimo son como los demás estados, cambian depende de las circunstancias y el entorno....
Lo bueno es que cambian! =)
Yo extraño el mar, que es lo que me cambia mi estado de ánimo....
Pero tengo una caracola que acerco a la oreja y hago de cuenta que estoy ahi! Jaajaja!
Y no, no soy como el Guille que al ponerse el caracol al oído, le dice a Mafalda: ¿Tu tu tu? :P
Me alegra que su estado anímico haya cambiado de esa manera! ;)
Besotes amiguita Naif!!!
Y de paso, le aviso, le anuncio que en mi blog hay algo pá usté... :P
El río, el mar, una bañadera... la magia del agua en definitiva.
ResponderEliminarRayes, angustias, incertidumbre, dudas, penas... todo todo se lo lleva el mar, en mi caso, y me siento privilegiada por tenerlo a 100 metros... antes, en Junín, hacía con mi batata lo que vos con tu patito feo, me iba a un balneario, la Laguna de Gómez, y también me hacía bien.
Un beso, espero que estés bien.Buen domingo!
NADA, siii, ¿viste? El alma vuelve al cuerpo! :)
ResponderEliminarGLA, asi es! Avisame cuando quieras, y vamos juntas! Al médico no, al río digo! ajaja
GAMAR, hay que seguir, amigo, no me afloje!!
MEP, yo muero de envidia, un día de estos agarro mi patito feo y me voy a visitarla a la Cando!
ANONIMO, ...... bueno... (?)
JULIETA, bien dice el dicho "Quien canta, sus males espanta" :)
IVANA, Dios te conserve el oído, amiguita! ajajaja
¿Algo pa mi? Voy volaaando!!
LIRIUM, cuando escuches una bocina insistente en la puerta de tu casa, somos la Candorosa y yo que te fuimos a buscar! :)
Mil gracias, gente!
Besootes
Cando por favor, no ostente!
ResponderEliminarTe diré que aún sigo vuscando ese trébol siempre soñadopor mí..Con cariño Victoria
ResponderEliminarTu relato es críptico al principio. El bienestar del río es agradable, como lo podría haber sido un café caliente con dos medialunas frente al frío, o un helado de chocolate a la turca con calor.
ResponderEliminarA mí me hace mucho bien darme una ducha, ponerme un pijama limpito y hacerme un té con leche con galletitas Okebón. O un dulce de leche a cucharadas.
Ufff, que paisaje Stella! Yo trabajo en Macondo. Daría mi futura jubilación, si no fuera porque ya me la robaron, por trabajar cerca de un paisaje así. Dejo besu!
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